Antes que nada, quiero resaltar que esta entrada es una mera opinión circunscrita al ámbito de la privacidad (NO seguridad); no es una guía ni ninguna clase de consejos o sugerencias. Básicamente porque puede chocar con algunos -bastantes- postulados sobre privacidad en el correo electrónico seguro que he ido leyendo últimamente.
Puntualizado esto, paso a contextualizar el asunto. En diversas páginas y foros relacionados con la privacidad, he podido leer muchos mensajes recomendando utilizar un dominio propio para el correo electrónico seguro y distintos alias para cada uno de los servicios que requieran del mismo.
En alguno de ellos, se citaba que se usaban más de una docena de emails diferentes y/o más de trescientos alias de correo. Literalmente uno por cada servicio utilizado indistintamente de la naturaleza del mismo. Y en lo relativo al dominio personal, muchos indicaban que tenían con TLD (top-level domain) nombre + apellido o los dos apellidos.
Empezaré por éste último apartado. La ventaja de usar un correo electrónico seguro sobre dominio propio, consiste básicamente en la posibilidad de migrar de proveedor sin alterar ninguna dirección. Se puede pasar -por ejemplo- de Protonmail a Tutanota mantenimiento todas nuestras direcciones de correo y la seguridad que ofrece el servicio.
Aquí nada que objetar. El tema viene cuando para la elección del nombre de dominio (TLD) se utiliza nombre + apellido o los dos apellidos. Si excluimos los casos donde, por motivos profesionales nos venga exigido o sea práctica común; ¿qué sentido tiene desde una perspectiva de privacidad?. ¿Qué ventaja privativa presenta utilizar fernando@lopezaguilar.com o info@martinez-garcia.com versus fernandola@protonmail.com o martinez.garcia@mailfence.com?
Incluso si queremos usar dominio propio por la ventajas antes citadas, sin haber obligaciones profesionales, se puede recurrir a nombres que sean familiares o nos ofrezcan cierta personalización sin llegar a identificarnos de forma cuasi unívoca: familia-martinez.com, losmartinez.es, etcétera.
Hay que tener presente la enorme cantidad de servicios, suscripciones, programas y similares donde acabamos registrando nuestro correo electrónico. Muchos de los cuales, han sufrido o sufrirán fugas y robo de datos. Todo ello contribuirá a perfilar nuestra huella digital (fingerprint) de forma más exhaustiva.
Reitero nuevamente que me estoy refiriendo exclusivamente al campo de la privacidad.
Uso de alias de correo
Respecto al uso intensivo -recalco lo de intensivo- de alias de correo, tan sólo me gustaría apuntar un par de cuestiones:
Considero muy importante que también se puedan remitir emails con el alias. Protonmail por ejemplo, no lo permite en el plan gratuito. Poco sentido tiene usar un alias si al responder se hace con el email principal.
Teniendo en cuenta que muchos proveedores de alias no permiten elegir el nombre a utilizar, lo que en la práctica supone acabar con uno imposible de recordar; se hace muy necesario una buena gestión de los mismos mediante un gestor de contraseñas. Es por tanto algo a tener en cuenta antes de empezar a registrar nombres de alias sin ton ni son.
Esto último puede parecer muy evidente, pero no se suele citar en muchas entradas donde se recomienda la utilización intensiva de alias. Y personalmente puedo dar fe de conocidos que no recordaban ni remotamente qué alias habían empleado en determinado servicio.